La economía colaborativa ha irrumpido con fuerza en nuestro día a día y está moviendo los cimientos del sistema de transporte de pasajeros en España. Empresas como Uber, BlaBlaCar o Amovens han puesto en pie de guerra, entre otros, al sector de los autobuses y los taxis .
Todo comenzó en 2014 cuando los taxistas de medio mundo declararon la guerra a Uber, plataforma para poner en contacto a conductores y pasajeros a través de una aplicación móvil. Desde su nacimiento en 2009 se ha enfrentado a nuemrosos procesos judiciales en diversos países, entre ellos España, Alemania, Bélgica y Francia. Tras el éxito del sector de los taxis, ahora le llega el turno a BlaBlaCar. Confebús, la patronal de los autobuses en nuestro país, llevó a la plataforma frente a los tribunales el pasado 1 de octubre.
BlabBaCar, la red social para compartir coche, nació en 2006 en Francia y llegó a España en 2009. Entre el año 2009 y 2014 el número de pasajeros de los autobuses de larga distancia (trayectos de más de 300 km) descendió un 18,9%. Confebús asegura que este descenso se debe exclusivamente a la llegada de BlaBlaCar y por ello, les acusa de competencia desleal. Pero ¿se trata realmente de competencia desleal o más bien de una consecuencia lógica del avance y desarrollo de la sociedad?
Por suerte, las compañías de autobuses no solo combaten la dura competencia ante los tribunales, y se han dado cuenta de que es necesario mejorar los servicios ofrecidos a los pasajeros. Ofertas y precios especiales son cada vez más frecuentes. Hoy en día es posible encontrar billetes de autobús para viajar por España desde 5 euros con compañías como ALSA, y para viajar por Europa, desde tan solo 1 euro con megabus. Además ha aumentado considerablemente el confort en los autobuses, con espacio extra para las piernas, wifi, enchufes e incluso pantallas individuales en cada asiento.
A la espera de la decisión del tribunal nos preguntamos cuál será el siguiente paso ¿la prohibición de lo nuevo o la adaptación de lo antiguo?
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