Hoy en día, a la hora de planear un viaje lo primero que hacemos es coger la tablet, el ordenador o incluso el móvil. ¿Cuáles son los destinos más populares? ¿Dónde podemos encontrar los billetes más baratos? ¿Dónde comparar el precio de los hoteles o apartamentos? ¿Cuáles son los mejores bares y restaurantes de la ciudad? ¡No hay problema! Vivimos conectados e internet nos permite encontrar todas las respuestas.
Si estás planenado el próximo viaje, recuerda utilizar CheckMyBus. Una vez elegido el destino, solo tendrás que introducir los datos de viaje (origen, destino y fecha) para comparar en segundos los autobuses, trenes, coches compartidos y vuelos disponibles. ¡Viajar nunca había sido tan fácil y económico!
¡Viajar sin internet también es posible!
Pero, ¿cómo se hacía antes de internet? Porque el turismo no es nada nuevo y aunque ahora te parezca imposible, viajar sin internet también era un placer. Te contamos cómo:
Agencias de viajes, las grandes olvidadas
No hace tanto tiempo, las agencias y los agentes de viajes eran la primera parada para todos aquellos que planeaban un viaje hacia lo desconocido. Ellos eran la voz de la experiencia a la hora de elegir destino y rutas. Además, tenían a su disposición jugosos descuentos, sobre todo en los vuelos.
Ups, creo que nos hemos perdido…
No había razón para entrar en pánico. La mejor solución era preguntar a cualquier persona que pasara por allí o incluso aprovechar para tomar algo en el bar más cercano y de paso informarse. ¿Y si pasaba en la carretera? Entonces era el momento de utilizar los famosos mapas de carretera y encontrar de nuevo la ruta planeada previamente.
¿Habéis llegado ya?
Hoy en día, podemos informar inmediatamente de nuestra llegada gracias a los móviles y las aplicaciones de mensajería instantánea. Pero, ¿a y antes de todo eso? La mejor (y casi única) opción era el teléfono fijo, ya fuese particular o público.
¿Dónde se puede comer bien y barato?
Esquivar los lugares diseñados por y para el turisma, y librarnos por lo tanto de pagar el «precio guiri», antes no era tan sencillo. Los más afortunados tenían algún conocido que ya había estado antes o se intentaba poner en contacto con algun local una vez allí. Otra opción eran las entonces famosas guías anuales o los mismos puntos de información turística.
… y por fin ha llegado el momento de presumir!
Puesto que no había redes sociales donde poner los dientes largos a amigos y conocidos, había que esperar al final del viaje para poder presumir de todo lo que habíamos visto y de lo bien que lo habíamos pasado. Para ello, las tardes de merienda y fotos/videos, que no emocionaban a todos por igual… ¡Por suerte los carretes de las camaras fotos eran limitados!
Aunque internet es un gran avance y nos ha facilitado los viajes de manera inimaginable, creemos que hacerlo de la forma más tradicional tiene mucho encanto. ¿Te atreves a probarlo?