Hace apenas algunos meses, Hyundai anunciaba un nuevo avance para la industria del transporte, eso sí esta vez en el sector del transporte colectivo de pasajeros. La empresa acaba de lanzar al mercado un autobús eléctrrico con una batería de 256 kWk, que se puede cargar en apenas una hora. Increíble, ¿verdad? Descubre esta nueva tecnología que podría revolucionar el sector del transporte ecológico.
 Parece que los autobuses eléctricos podrían ser la pieza angular para encontrar la solución al problema del medioambiente y el transporte de masas en las grandes ciudades. |
¡Los nuevos autobuses eléctricos que se cargan en 1 hora!
Cuando encontramos lanzamientos de nuevas tecnologías en el sector del transporte de pasajeros nos hacemos la misma pregunta: ¿Cuál es la verdadera novedad? ¿Qué lo diferencia del resto?
En este caso, la gran innovación es el tiempo tan reducido de carga que necesitan los autobuses para poder volver a entrar en circulación. En solo una hora el vehículo está preparado de nuevo para seguir atendiendo las necesidades de todos los pasajeros. El secreto está en la batería de 256kWk desarrollada por los ingenieros de la empresa. Como punto negativo, podríamos señalar la relativamente baja autonomía. Este modelo pueder recorrer unos 290 km con cada carga, distancia bastante inferior a la de otros modelos como el de Catalyst E2 que llega hasta los 560 km.
Además de reducir la emisión de polución a la atmósfera, los autobuses eléctricos también podrían suponer una gran medida de ahorro a largo plazo. Al menos así lo demuestra un estudio de la Universidad de Columbia, en California. Suiguiendo esta misma línea, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, ha establecido un objetivo muy ambicioso para la ciudad. Reducir las emisiones de gases efecto invernadero en un 80 % para el añ 2050. Sustituir la flota actual de autobuses de la ciudad de Nueva York por vehículos eléctricos supondría una reducción de más de 500.000 toneladas métricas de CO2. Con ello se alcanzarían sin problema los objetivos marcados en el «Acuerdo de París» para 2025.
